A las mujeres en general se nos ha dificultado relacionarnos de forma armoniosa con los hombres, una de las distintas razones (sabemos que hay diversas teorías del desarrollo que sostienen sus puntos de vista), puede ser que haya iniciado en la primera infancia cuando al alejarnos del modelo femenino, comenzamos a vincularnos con el masculino desde un lugar muy diferente al deseado. Es decir que la hija se identifica con aspectos que se asocian al mundo de los hombres y de esta forma ni se toma a mamá, ni se toma a papá con sus características propias según sus energías. La hija empieza a admirar cómo los hombres se orientan al logro de sus objetivos y se van convirtiendo en personas exitosas, lo cual se muestra tentador para la mujer.
Sin embargo, esta tendencia va creando una serie de confusiones en las mujeres que al irse "masculinizando" se van alejando del ser femenina desde su esencia. Va dejando su Divino Femenino.
En esta búsqueda por lo masculino se observan como aliados algunos modelos representados por el novio, maestro, jefe, pastor, algo que tome la forma del padre, incluso la forma de Dios, refiere Murdock.
A esto se agrega la experiencia de una hija con un papá ausente, que puede variar significativamente dependiendo de su edad, de las circunstancias de la ausencia del padre, y las relaciones y redes de apoyo que haya tenido en su vida. Así en mi práctica profesional me fui encontrando con expresiones como la tristeza, enojo, sensación de no ser suficiente, soledad; las cuales eventualmente repercutieron en las distintas etapas de su vida.
Aunque no todas las hijas sin papá experimentan los mismos sentimientos, muchas de nosotras fuimos encontrando figuras paternas quizá en abuelos, tíos, padrastro, como fue mi caso específico.
Por supuesto que es de gran valor para funcionar en sociedad contar con características masculinas como tomar acción, enfocarse en resultados, ser disciplinada, etc.
Esto lo resalto en el contexto de la trascendencia hoy en día de armonizar nuestras esencias, nuestro divino femenino y divino masculino, que es precisamente lo que nos va a ir encaminando a ese encuentro con tu Diosa/Madre que da nombre y sentido a este blog. Como puedes observar nos vamos acercando paso a paso a ese Sagrado Matrimonio, del que ya iremos hablando en un futuro próximo.
Hoy por hoy, la invitación como mujeres con respecto de los hombres es a respetarlos, reconocerlos, darles su lugar, permitirles cuidarnos y protegernos, es una manera de ir conectando esas esencias masculina y femenina. Además de aprender si es el caso a disfrutar actividades muy asociadas al mundo femenino; tal vez te resulte shockeante (si es que existe esa palabra) estas actividades son preparar un rico platillo, darte un espacio para la jardinería, quizá pintar, dibujar, incluso simplemente jugar.
