Nada hace más daño a la autoestima de nuestros hijos que las constantes expectativas que se depositan en ellos, así cuando se dan cuenta que no se les quiere y se les acepta por ser quienes son, empiezan a buscar la manera de obtener reconocimiento, aceptación, y empieza su búsqueda de querer saber qué desean los papás que hagan para obtener su amor, por eso las expectativas son el enemigo número uno en la relación familiar. Y si venimos a darnos cuenta, también afectan todas las áreas de nuestra vida, porque estamos siempre viviendo en la ilusión de lo que queremos que sea y en ese momento nos perdemos del instante presente y de toda la maravilla que existe en la esencia de tus hijos. Una de las enseñanzas más importantes debiera ser aceptar lo que es y dejar de luchar sin sentido en todo aquello que no se puede cambiar.
Por supuesto no deseo que mal interpretes estas palabras con una actitud de conformismo, a lo que me refiero es a abandonar la lucha de querer cambiar a las personas y querer forzar las situaciones, por supuesto que siempre estoy y estaré a favor de la mejora continua, KAISEN, una palabra japonesa que amo.
No hay regalo más hermoso para un hijo y en general para una persona, que decirle “te amo y te acepto por ser quien eres” no tienes que hacer nada en especial, ni ser alguien diferente, sólo ser tu mismo.
En este punto quiero retomar la idea de la Dra. Shefali, donde expresa que esta falta de aceptación a los hijos está más relacionada contigo como mamá, en las cosas que no aceptas de ti.
Tú qué opinas? consideras que esta falta de autoaceptación es la que te hace crearte tantas expectativas con respecto de tus hijos y en consecuencia, buscar la manera de estar siempre en control y dictando con tus propias creencias, tus concepciones, para de una manera sutil o no, hacer que tus hijos respondan a eso que tú esperas de ellos.
Recuerda en tu propia experiencia qué tan aceptada te sentías por tus propios padres si has tenido la necesidad de buscar o incluso comprar aceptación de otras personas, reflexiona sobre la posibilidad de estar incluso comparándote con tus hijos y es un ejercicio de auto observarte continuamente para iniciar ese proceso de entrenar a tu mente y a tu corazón para ir soltando paulatinamente las expectativas, que dices ¿aceptas el reto de autoobservarte, dejar de colgarte y depositar en tus hijos tantas etiquetas? espero tus comentarios en pro de enriquecer esta tu comunidad.
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