Muchas mujeres tenemos un recorrido en nuestra vida que nos ha llevado por caminos en los que quizá en el afán de "mejorar", de "superarnos", de "tener éxito", "lograr metas", nos metimos de lleno en el mundo masculino.
Como mujeres nos dedicamos a competir, muchas veces a bloquearnos entre nosotras, al menos esa fue parte de mi historia, afortunadamente mi naturaleza es más conciliadora y la competencia no la llevé al extremo, sin embargo si lo suficiente para alejarme de mi femenino, como diría Maureen Murdock en su libro Ser Mujer: Un viaje heroico.
Siento que aunque estuve en un mundo donde la mayoría éramos mujeres, laboralmente nos desenvolvíamos desde la energía masculina.
Tal vez tiene que ver con que como primogénita, mi papá esperaría un hombre y para mi fue un mandato inconsciente, quizá la necesidad desde muy pequeña de ser responsable de mí y en...
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