Venimos de una niñez y adolescencia cargada de mandatos y decretos que a veces incluso son de generaciones que ni siquiera conocimos. Y así vamos logrando metas al cumplirlos, nos esforzamos arduamente y obtenemos reconocimiento, buenas posiciones laborales, salarios elevados...decimos que alcanzamos el éxito y sin embargo, prevalece un vacío interior del que tanto se habla y ejemplifica en nuestro viaje con Maureen Murdock que nos está acompañando en este recorrido con su magistral libro.
Una parte de nosotras quisiera poder relajarse, sentirse apoyada, cuidada, protegida, amada, apreciada y por otro lado brinca una mente entrenada para cumplir lo cometido y dice: "tu puedes, eres capaz, ya has logrado mucho, vamos por más" y claro que se puede, pero a qué precio.
Es una situación de una gran ambivalencia, con una lucha interior tan fuerte que puede llegar a enfermarnos, a veces de males leves pero frecuentes, y...
Muchas mujeres tenemos un recorrido en nuestra vida que nos ha llevado por caminos en los que quizá en el afán de "mejorar", de "superarnos", de "tener éxito", "lograr metas", nos metimos de lleno en el mundo masculino.
Como mujeres nos dedicamos a competir, muchas veces a bloquearnos entre nosotras, al menos esa fue parte de mi historia, afortunadamente mi naturaleza es más conciliadora y la competencia no la llevé al extremo, sin embargo si lo suficiente para alejarme de mi femenino, como diría Maureen Murdock en su libro Ser Mujer: Un viaje heroico.
Siento que aunque estuve en un mundo donde la mayoría éramos mujeres, laboralmente nos desenvolvíamos desde la energía masculina.
Tal vez tiene que ver con que como primogénita, mi papá esperaría un hombre y para mi fue un mandato inconsciente, quizá la necesidad desde muy pequeña de ser responsable de mí y en...
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