Mi mamá, tu mamá: esas mujeres que nos dieron la vida y en muchos casos eso las hizo renunciar al ser mujer para entregarse a la maternidad.
Para muchas de nosotras el tema fue que papá abandonó a la familia y nos toco crecer "solos", para otras tantas les tocó ser la "niña de papá" como se estila en muchas familias donde hay un papá y una mamá a cargo, en otros casos tal vez papá era como una figura que sabías que ahí vivía pero poco lo veías.
De una u otra forma, generalmente es mamá la que lleva el papel protagónico, sé que hay magníficas excepciones donde papá es una figura de amor, respeto, autoridad, se trata de un hombre que ha logrado armonizar sus energías masculina y femenina (esto se conoce como el Matrimonio Sagrado, ya estaremos profundizando en él), créeme son pocos pero los hay.
Con estas vivencias se tiende a...
Nada hace más daño a la autoestima de nuestros hijos que las constantes expectativas que se depositan en ellos, así cuando se dan cuenta que no se les quiere y se les acepta por ser quienes son, empiezan a buscar la manera de obtener reconocimiento, aceptación, y empieza su búsqueda de querer saber qué desean los papás que hagan para obtener su amor, por eso las expectativas son el enemigo número uno en la relación familiar. Y si venimos a darnos cuenta, también afectan todas las áreas de nuestra vida, porque estamos siempre viviendo en la ilusión de lo que queremos que sea y en ese momento nos perdemos del instante presente y de toda la maravilla que existe en la esencia de tus hijos. Una de las enseñanzas más importantes debiera ser aceptar lo que es y dejar de luchar sin sentido en todo aquello que no se puede cambiar.
Por supuesto no deseo que mal interpretes...
Hace más de 25 años que inicié mi práctica como psicoterapeuta, mi inexperiencia me llevaba a pensar que trabajar con niños y adolescentes era muy frustrante, porque a veces no se veían los avances y era muy fácil responsabilizar a los padres de todo lo que ocurría con sus hijos.
Sin embargo, la vida me fue poniendo en escenarios donde brindar acompañamiento emocional a niños y adolescentes era mi principal función.
Afortunadamente cayó en mis manos la obra de Francoise Doltó, psicoanalista especialista en niños que de una manera muy empática y profesional, explicaba que detrás del comportamiento de los padres de familia, hay un niño herido que no pudo resolver muchas situaciones de su propia infancia y adolescencia.
Éste hallazgo cambió por completo mi perspectiva sobre el trabajo psicoterapéutico a nivel familiar.
Tuve la oportunidad de...
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